Las bombas neumáticas obtienen la energía a través del aire comprimido. Esta es su ventaja principal. Estas bombas neumáticas utilizan el aire, que es relativamente limpio, de fácil mantenimiento, versátil a la hora de seleccionar materiales para distintos fluidos y de bajo costo.
Las bombas neumáticas metálicas son ideales para materiales como los residuos de levadura, sumideros y las aguas residuales en general. Por su parte, las bombas de plástico son perfectas para la limpieza y tratamiento de químicos CIP, químicos para el tratamiento de aguas residuales y aguas residuales en general.
Su aplicación en general es muy variada, se adapta a diferentes tipos de fluidos viscosos y no viscosos, químicos agresivos o abrasivos. A continuación te contamos cuales son los más relevantes.
En el manejo de químicos agresivos y corrosivos como ácido cítrico, clorhídrico y acético. Así como en el bombeo de productos abrasivos como barbotina y lechada de cal. Por su parte, se aplican en el bombeo de productos de alta viscosidad como jarabes, aceites, melazas. También en el bombeo de fluidos con sólidos suspendidos o disueltos como lodos y aguas residuales.
Su funcionamiento inicia cuando el aire ingresa al cuerpo neumático y hace que una válvula alterne un movimiento horizontal. Esta válvula selecciona el paso del aire a través del cuerpo neumático para que se dirija a la zona de bombeo donde se encuentra los diafragmas. El aire alternadamente ingresa y sale en la cámara de diafragmas generando los campos de presión positiva y negativa que producen el bombeo del líquido.