La selección de la bomba es crucial para cumplir los requisitos del cultivo y optimizar la eficiencia de riego, para ello, debe de ser compatible con el sistema de riego (manteniendo unos niveles de presión correctos) y utilizar sistemas de control.
Cada técnica de riego genera una demanda de agua distinta, a bombear y a distribuir. El objetivo final es abastecer de agua a todo el campo, de manera uniforme, usando la menor cantidad de energía, y asegurando que cada planta tenga la cantidad de agua que necesita, ni más ni menos.
Los sistemas de riego modernos permiten lograr este objetivo (son lo suficientemente eficaces) y disponer de la bomba correcta es fundamental.
Cada equipo de riego necesita diferentes cantidades de agua y presión. Por tanto, hay que elegir el equipo de riego antes de seleccionar la bomba, y no pasar por alto el programador de riego.
Controlado el rendimiento de la bomba, se puede iniciar o parar el riego durante períodos predefinidos, conservando el agua y no regando con luz solar directa, o con fuertes vientos.
Un programador puede optimizar el riego, respetando las necesidades del cultivo y ahorrando agua, por ejemplo, parando la bomba durante un tiempo para que el suelo pueda absorber el agua de riego, mejorará la tasa de infiltración y se reducirá la escorrentía.
El control inteligente de las bombas de riego, cada vez más generalizado, permite la monitorización y control. Los datos meteorológicos, los sensores de humedad del suelo y los sensores de lluvia pueden interactuar con el control de presión para conseguir unos sistemas de riego automatizados totalmente.
La fuente de agua
La ubicación de la fuente de agua de riego afecta a la selección de la bomba. Las bombas sumergibles para pozos profundos y las bombas de turbina, están especialmente diseñadas para elevar el agua desde varios cientos de metros bajo tierra. Para el agua superficial se puede usar una gran variedad de bombas. Las bombas sumergibles para tomar agua de depósitos o lagunas están mejor protegidas contra robos, y hacen menos ruido.
Hay dos factores básicos para garantizar el flujo de agua al sistema de riego: la disponibilidad de agua y las necesidades hídricas de los cultivos.
Si el agua es subterránea, la recomendación es usar más de un pozo para minimizar la pérdida. Por otra parte, usar varias bombas pequeñas en lugar de una bomba de gran tamaño ofrece muchos beneficios: corte fácil de las bombas según la demanda de caudal y menor pérdida del acuífero, lo que supone un menor consumo de energía, se limita la altura de elevación y hay menos probabilidad de dañar el acuífero.
Selección de las bombas de riego
Habitualmente, se usan bombas de riego más grandes de lo debido, cuando debe elegirse el tamaño correcto. Los factores a considerar son: conseguir un consumo de energía bajo, mantener la presión, añadir un control de velocidad variable y proteger el motor.
Las bombas tienen que estar integradas con el sistema de riego, es decir, la bomba debe diseñarse para ser compatible con el equipo de riego, o el equipo de riego para ser compatible con la bomba.
Tomando el consumo de energía en primer lugar, las bombas y motores tienen diferentes eficiencias y la eficiencia global debe calcularse antes de la selección final. La factura de la luz dependerá de cuántos kW absorba el motor. La mayoría de fabricantes de bombas de riego proporcionan todos los datos que son relevantes.
Mantener la presión del sistema lo más baja posible es una forma efectiva de reducir fugas, ahorrando agua y reduciendo el consumo de energía. Sin embargo, normalmente hace falta una presión mínima específica para el buen funcionamiento, y sin esto, no se puede garantizar el correcto funcionamiento de los equipos de riego.
La bomba debe hacer algo más que distribuir el agua para ser eficaz. Por ejemplo, usando variadores de velocidad se mejora la eficiencia en la extracción de agua subterránea, cuando se bombea directamente a un sistema de riego. La entrada de agua superficial y su distribución se puede mejorar usando sistemas de aumento de presión multi-bomba. En general, los sistemas de monitorización y control garantizan un flujo fiable de agua, protegiendo la bomba en el funcionamiento en seco, de averías del motor o de irregularidades en la fuente de suministro. La protección del motor ahorra costes y revisiones de mantenimiento.