Los motores eléctricos a prueba de explosión están diseñados para evitar este riesgo que garantiza la máxima seguridad incluso en entornos polvorientos, con gases y/o líquidos inflamables; son particularmente adecuados para sistemas de elevación y transporte de materiales, donde, siendo sistemas que funcionan las 24 horas del día y que trabajan continuamente durante muchos meses, la confiabilidad operativa es un aspecto de considerable importancia.
Los motores a prueba de explosión cumplen con los requisitos esenciales de seguridad contra el riesgo de explosión. De acuerdo a las disposiciones técnicas y legislativas, el tipo de motor eléctrico a prueba de explosión debe elegirse, según el tipo de sistema, en la clasificación del peligro, con un nivel de protección muy alto o alto y una temperatura máxima de la superficie hasta 150 C°.
En general, los motores a prueba de explosión están destinados a la instalación en áreas subterráneas, pero también en las áreas de superficie que pertenecen a minas donde es posible la presencia de gas o polvo combustible.