El tratamiento de la purificación de las aguas residuales municipales consiste en una sucesión de procesos en los que las sustancias no deseadas se eliminan y se concentran en forma de lodo. El resultado final de la purificación es un flujo de agua de calidad que puede devolverse al medio ambiente. Las características de esta agua son compatibles con la capacidad de auto-purificación del suelo o río, mar o lago en el que se devuelve, y excluyen que haya consecuencias perjudiciales para el ecosistema.
¿Cuáles son las aguas residuales?
Los tipos de fluidos que manejan los sistemas de purificación de agua son:
Las aguas residuales urbanas, es decir, derivadas de los residuos civiles, que incluyen:
-aguas residuales domésticas: ricas en urea, grasas, proteínas, celulosa, etc.
-mismas sustancias presentes en las aguas residuales domésticas, una serie de micropolutivos como hidrocarburos, pesticidas, detergentes, escombros, etc.
Estas aguas residuales urbanas son biodegradables, por lo tanto, pueden purificarse mediante tratamientos biológicos.
– Las aguas residuales industriales: tienen una composición diferente según la fuente. Para la purificación, solo se pueden tratar los desechos industriales que pueden asimilarse, desde un punto de vista cualitativo, a los desechos domésticos. Los otros, debido a la presencia de sustancias incompatibles con el proceso de purificación biológica, deben ser pretratados antes de ser descargados al alcantarillado.